Enrique Núñez / Contracara / Intolerancia Diario
Todas las aberraciones que rodean la reinauguración del estadio Cuauhtémoc son la culminación de esta absurda obra morenovallista.
De entrada, tal y como lo comenté en mi anterior columna, la licitación para designar a la empresa ganadora de los derechos sobre el nombre del estadio sigue sin definirse, después de que Intolerancia Diario reveló el turbio y jugoso negocio que se esconde detrás de este proceso adjudicatario.
A ocho días de su inauguración, el estadio aún espera para saber si le colgarán el nombre de un banco, de una fábrica de cobertores, de una marca de pinturas o si el gobierno aborta la misión y le ponen confirman el nombre con el que popularmente ya se le conoce: “El Chiquihuite Azul”.
No sería descabellado, sobre todo si junto a este, luce desde hace décadas el también bautizado por el pueblo cómo Monumento al Taco.
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