Por redacción
Takuya Nishigaki Shimizu, doctor del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encuentra estudiando la motilidad de los espermatozoides, pues busca encontrar las causas que restringen la fecundación.
Nishigaki Shimizu explicó que el espermatozoide tiene la capacidad de responder a los estímulos que encuentra en el camino al óvulo, ya que una de sus funciones es la movilidad impulsada por el batido de su flagelo.
Pese a esto, cualquier defecto que altere la función de este tiene deficiencias en la fertilidad; recalcó que el batido de su flagelo está controlado por el pH –nivel de acidez–, el adenosín monofosfato cíclico –que funciona como segundo mensajero en varios procesos biológicos–y el calcio.
Problema de salud social
El estudio surgió por la preocupación de Nishigaki Shimizu de que en los últimos años, la infertilidad se ha vuelto un problema social, ya que más del 10 por ciento de las parejas no puede tener bebés, situación que no ha cambiado desde hace varios años.
Así pues, el doctor en Biociencias por el Instituto Tecnológico de Tokio advirtió que de tratarse de un problema genético, la infertilidad sucederá a las próximas generaciones, de ahí la importancia de estudiar la motilidad de los espermas.
Cabe señalar que para realizar este estudio el grupo que lidera el científico utiliza la técnica de fluorescencia, que permite observar los parámetros fisiológicos de la célula durante el proceso de fecundación.
Foto: Especial
Editado por Selene Sosa