La sexualidad constituye un todo con la vida misma, es un elemento fundamental de la personalidad, es la función que más repercute y está influida por el contexto social en el que se desarrolla. La sexualidad es parte integral de nuestras vidas y debe ser considerada dentro del contexto del desarrollo humano.

El funcionamiento del cerebro es diferente en hombres y mujeres y, siendo así, es conveniente conocer estas diferencias para conseguir una mejor comprensión y entendimiento de las conductas propias de uno y otro género

Es importante señalar la localización de dos áreas del cerebro; la de Broca y la de Wernicke, el área de Broca tiene la función motora del lenguaje; esto es, tiene a su cargo la articulación del habla. El área de Wernicke desarrolla el aspecto semántico del lenguaje; es decir, tiene por función la comprensión del lenguaje verbal y escrito.

Por su lado, la amígdala, en mujeres de 17 años genera la capacidad de explicar con detalle y sin dificultad sus emociones, ya que su cerebro es más efectivo que el de los hombres.

Simón (2003) afirma que en el desarrollo temprano del hombre, la hormona testosterona disminuye el crecimiento del hemisferio izquierdo y acelera el crecimiento de su hemisferio derecho. Los varones de 17, 30 o 50 años en todas las edades estarán estancados en sus emociones afectivas, en general el hombre tiene mayor dificultad, no sólo en recordar sino en expresar, en forma abierta, sus emociones.

Por lo tanto los sentimientos naturales de inseguridad albergados en la adolescencia e incrementados por los apetitos físicos (en especial en los varones) hacen a la adolescencia susceptible para exaltar el valor supremo de la atracción sexual para el logro de popularidad, éxito, admiración y seguridad. Se hace creer a los varones que su masculinidad depende de su capacidad como seductores.

Sobre la satisfacción sexual

Otro punto esencial, es la satisfacción sexual, la cual tiene componentes biopsicosociales, producto de la anatomía y fisiología corporal, de la cultura y del medio donde se desarrolla el individuo, encontramos una compleja relación entre la comunicación y la satisfacción sexual, dicha relación se ve influenciada por las características personales de los miembros de la pareja y las características de la relación; esto incluye la necesidad de afecto de las personas, es decir, se pone de manifiesto la herencia biológica en el establecimiento de las interacciones emocionales (apego, cariño, compañía, amor).

Dicho componente se define en cada persona a lo largo de su vida y determina la manera en que nos acercamos o alejamos de nuestra pareja, por eso, tanto hombres como mujeres reconocen la importancia de la comunicación en la sexualidad, ya que hay personas que emplean el estilo de comunicaciónn verbal y procuran aceptar las decisiones de su pareja, y a su vez complacerla en sus fantasías y necesidades sexuales, aunque ello implique dejar de lado sus propias opiniones y deseos, con la finalidad de impedir que se suscite algún conflicto o desacuerdo con su pareja.

Podemos darnos cuenta cómo el tipo de pensamiento de hombres y mujeres tiene una idea de la sexualidad, que debe ser sólo para cada uno de ellos, la finalidad de poder disfrutar y reducir los problemas genera una estabilidad emocional de ambas partes, la comunicación y la comprensión de una pareja son esenciales para el desarrollo de la persona y de su vida en pareja.

Barrios (2005) comenta la famosa prueba de amor una vez aceptada: demostrarle a su pareja, la que ama mediante la prueba del amor, quisiera relaciones sexuales de calidad y sutiles, en calma, de curso paulatino, comenzar con palabras amorosas, continuar con caricias tenues proseguir con besos y tocamiento pasional y concluir con un coito cadencioso y exquisito en medio del encuentro romántico. El resultado es la gratificación, la cual produce no sólo tensión si no también descarga una pequeña cantidad de energía sexual, provocando una sensación de placer, percibiéndose únicamente con una suave caricia, tocando o frotando una zona erógena.

Sobre el éxtasis

Por otra parte, el famoso “éxtasis” sexual es el resultado de una función orgásmica perturbada. Las neurosis son susceptibles de ser curadas mediante la eliminación de su fuente de energía, es decir el éxtasis sexual. En este caso la satisfacción genital alivia los síntomas pero rara vez hay energía genital disponible en cantidad suficiente. Por lo cual es necesario buscar los lugares y mecanismos donde es desviada.

Ochoa (2002) comenta las necesidades sexuales de la pareja; tema difícil de tratar, hablar acerca de lo que desean el hombre y la mujer, ya que es más sencillo ignorar aquellos aspectos relacionados a su intimidad sexual. Por ello el conocimiento de las necesidades sexuales difícilmente se logra, debido a la resistencia a hablar y negociar con el otro.

Por su lado las mujeres consideran que el orgasmo no es lo más importante en una relación sexual, sino la afectividad, califican su satisfacción sexual independientemente de los orgasmos que han tenido. Su satisfacción se liga a la calidad de la relación con su pareja, al amor, al afecto, a la ternura, a la comprensión, a la seguridad, al ambiente tranquilo, y a las caricias.

Por otro lado el impulso de los hombres se manifiesta ansiosamente, con toscas caricias donde la suavidad y la ternura no encuentra lugar, y en cambio se buscan fajes y cachondeos apresurados; las palabras son atenuadas por chupetones, los contactos sutiles por apretones en los pechos, los besos profundos por la inserción de los dedos en la vagina, la penetración precedida de un juego erótico exquisito, por un coito doloroso, pues no ha habido tiempo ni motivo para una adecuada lubricación en ella.

Álvarez-Gayou (2004) habla sobre el significado de satisfacción en hombres y mujeres ya que difieren, en gran medida, los varones proporcionan gran importancia al orgasmo como referente de su satisfacción sexual; al no experimentar el orgasmo la relación sexual no sería satisfactoria.

Comunicación y estabilidad

Es decir, la causa del fracaso de la relación de pareja es la no aceptación de estas diferencias y vivir sólo con la esperanza de que algún día desaparezcan.

La estabilidad en una pareja depende en primera instancia del entendimiento y compresión de sus conductas y reacciones; según el género masculino o femenino, para después pasar a un segundo momento que es la aceptación, y finalmente llegar al amor incondicional donde se conoce la naturaleza del comportamiento de ambas partes y se aceptan tal y como son.

La mujer necesitará sentirse especial, e indispensable; y el hombre valorado, reconocido y respetado en sus intereses, el problema no es que sean distintos, sino que no lo sepan.

Es de gran importancia conocer aquellas necesidades que tiene la pareja, ya que muchas veces el suponer genera controversia en los hombres y mujeres, al no explicar lo que necesita el uno del otro. Mejorando la forma de comunicación e interacción se genera la solución y se evitan conflictos de pareja.

Escrito por: 

Miguel Ángel Morales Tolentino

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Bibliografía:

Ochoa, A. (2002). Versiones y perversiones. México: Aguilar.

Amaya Guerra, J. y Prado Maillard, E. (2008). ¿Qué hago si mi media naranja es toronja? México: Trillas.

Simon, B. (2012). Empatia cero. Mexico: Castellano.

Barrios Martínez, D. (2005). En las alas del placer. México: Pax México.

Álvarez-Gayou J. L. (2004). Sexualidad en la pareja. México: El manual Moderno