Por Jesús Manuel Hernández
A muchos sorprendió la repentina “amistad” de Dante Delgado y su pupilo, José Juan Espinosa, con el morenovallismo, cuando meses antes el presidente de san Pedro Cholula debatía públicamente con el gobierno por la supuesta autonomía en sus decisiones.
Y sorprende además que la “amistad” se haya mostrado en momentos en que el morenovallismo acaba de ser rechazado en alianza por el PAN y e PRD.
Si bien Convergencia tendió puentes de plata con Rafael en el pasado, a través de Luis Maldonado, Eukid Castañón, Fernando Manzanilla, Luis Walton y el propio José Juan Espinosa, la distancia entre varios de ellos ha crecido.
Podría decirse que Espinosa y Delgado sólo han mantenido acercamiento con Manzanilla en los últimos tiempos. ¿Por qué el cambio?
El Partido Convergencia le apostó el año anterior a alguna diputación, insistiendo en cooptar a Ana Teresa Aranda, quien, por demás está decir, no vio claro en esa petición y menos cuando desde Bucareli la señal no acabó de darse nunca.
Por lo visto, Dante Delgado no tiene en este momento a un candidato a gobernador y tampoco se le ve muy animado a participar con el PRI o el PANAL. ¿A qué le apuesta Delgado? ¿Acaso a retomar la relación con el morenovallismo, es decir con Antonio Gali?
¿O se trata simplemente de un puente de plata para que Rafael no siga despreciando a José Juan Espinosa?
Y de ser así, ¿quién ha sido el operador de poner cerca, de Dante, a Rafael?
¿Será que Gali se está moviendo para reponer la frustrada alianza con el PRD y prefiera a los “naranjas” si no aliados, si callados?
Pudiera ser.
O por lo menos, así me lo parece.
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