Por Álvaro Conrado
La vida de muchos políticos va de escándalo en escándalo como si de eso se tratara hacer política, de trabajar con la representación de los ciudadanos que confiadamente les otorgamos nuestra confianza en las urnas electorales. Papeles de Panamá, es un caso como el Wáter Gate, el caso Mónica Lewinsky, y otros que han embarrado sobre el piso la honra de los involucrados, que por no medir las consecuencias de sus actos corruptos en diversas formas, han pagado las consecuencias del escándalo y el señalamiento colectivo.
Papeles de Panamá, involucra ahora mismo a una serie de políticos, jefes de Estado, diplomáticos, ministros de Justicia, y hasta un futbolista en activo, como es el caso de Messi, y otros miembros prominentes administrativos de la FIFA; imagina usted que la corrupción no deja libre a casi nadie? Y por ello ya tenemos la primera renuncia de un Primer Ministro, le seguirán muchos seguramente, aquellos que aún quieren lavar su nombre un poco porque el mal de todas formas está hecho.
De México también existen nombres, como el propietario de Televisión Azteca y del consorcio comercial Elektra, quien trató de encubrirse con otro escándalo, se dice también de la familia de los Murat Hinojosa, el padre ex gobernador de Oaxaca, y actualmente su hijo Alejandro candidato oficial del PRI a la gubernatura de Oaxaca, aunque de éste último no se sabe a ciencia cierta que efectivamente esté involucrado en ese caso.
El gobierno de Panamá ha prometido, a raíz de este escándalo, que la investigación lleva poco más de un año y que se compromete a proporcionar todos los datos que estén en su poder para el esclarecimiento del asunto, y del gobierno que se lo solicite, y hay que creer, porque si fueron capaces de enjuiciar y encarcelar a su ex presidente, no dudemos que lo harán con personas extrañas. La medida va encaminada a purificar la conducta y la conciencia de los mandatarios de los diversos países del mundo, a fin de tener gobiernos menos corruptos y pueblos más desarrollados, seguir así, es tener una fábrica de delincuentes y de multimillonarios.
Y ahora que se den a conocer más detalles sabremos si esas compañías ficticias fueron utilizadas para llevar a cabo una evasión fiscal, lo que también implica la vulnerabilidad de los sistemas jurídicos que lo permiten. Dicen que nadie debe quedar impune ante tales conductas nefastas, y éstas deben ser procesadas con todo el peso de la ley.
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