El sábado, 126 personas murieron en un ataque bomba en Siria, entre los que se encuentran al menos 70 niños, quienes eran evacuados de las ciudades de Fuaa y Kafraya, cuando una camioneta se impactó y explotó en los más de 70 autobuses donde eran transportados.
Al menos 109 eran evacuados, mientras que el resto eran voluntarios y rebeldes que vigilaban los autobuses que servían para sacar a las personas de las zonas de conflicto.
La camioneta bomba hizo explosión en Al Rashidin, cuando los evacuados esperaban ser transportados a Aleppo como parte de una negociación entre el gobierno sirio, encabezado por el presidente Bashar al-Assad y rebeldes.
Según diversas fuentes, la camioneta bomba era –supuestamente— utilizada para transporte durante la evacuación y su explosión provocó cientos de heridos.
Los trabajos continuaron tras la explosión, por lo que las personas pudieron llegar a Aleppo, la segunda ciudad en la que el gobierno tiene control total.
Cabe mencionar que el viernes más de 5 mil dejaron Fuaa, mientras que más de 2 mil 200 habitantes de Madaya y Zabadani abandonaron su hogar.
Ningún grupo extremista de la región ha aceptado culpa del atentando.
Editado por: Carlos Rodrigo Balcázar Placeres
Fuentes: The Guardian/Clarín