Presuntos implicados
Los contratos en tiempos de Calderón y Javier Duarte
El 6 de noviembre de 2009, Pemex Gas suscribió un acuerdo de entendimiento con Braskem SA de Brasil y el grupo mexicano Idesa, SA de CV, quienes resultaron ganadores de una subasta para aprovechar el suministro de eteno de Pemex en Veracruz.
El 11 de febrero de 2010 la CRE emitió la resolución RES/036/2010, en la que autorizó la “fórmula” aplicable al contrato de suministro, así como los términos y condiciones del mismo. La fórmula implicaba un precio muy por debajo del precio de mercado. El contrato de Etileno XXI, sobre todo en lo referente al suministro de 66 Mbd de eteno a un precio preferencial, fue aprobado en 2010 bajo la resolución emitida por la CRE RES/036/2010.
El Director de Pemex en ese entonces era Juan José Suárez Coppel, el mismo que propició pérdidas millonarias a Pemex por el caso de Repsol.
Pero no terminan aquí los visos de corrupción. Lozoya y Coppel crearon redes de subsidiarias y empresas privadas offshore a través de las cuales aprobaron inversiones, transfirieron fondos o, incluso, enajenaron bienes de la paraestatal; todo sin la observancia de la ley, toda vez que esas empresas radican en paraísos fiscales y no se someten a la normatividad mexicana. En el caso de Suárez Coppel, durante su gestión como director general de Pemex, creó una compleja ingeniería financiera que le sirvió para pedir un préstamo vía Pemex que fue usado para comprar acciones de Repsol, a pesar del riesgo de pérdida que conllevaba dicha operación.
Durante la gestión de Suárez Coppel al frente de Pemex se aprobó la resolución que permite a la empresa brasileña Braskem obtener un suministro de eteno a un precio preferencial. El monto de ese precio está reservado por veinte años, con posibilidad de ampliarse cinco años más. Según el portal Proceso, en la firma de ese contrato los testigos de honor fueron Felipe Calderón Hinojosa y Luz Inácio Lula da Silva, presidentes de México y Brasil respectivamente.
Presidentes Felipe Calderón y Luz Inácio Lula
Lo anterior ha provocado que diversas personalidades exijan la anulación de dicha relación con Braskem-Idesa, por los daños potenciales que pudieran traer a Pemex y a las finanzas públicas. Sin embargo, la viabilidad de esta postura choca con el hecho de que el gobierno solicitó una línea de crédito sindicado para Odebrecht de 120 millones de dólares, vía Bancomext, ocupando este contrato como aval; por lo cual, el rompimiento con estas empresas significaría un problema financiero para los bancos que decidieron otorgar la línea de crédito. Además, hay otro crédito otorgado por Nafin, banca de desarrollo mexicana, por 280 millones de dólares.
Por otro lado, las implicaciones de este contrato con Braskem abre la posibilidad de crear distorsiones en el mercado de la petroquímica, toda vez que el suministro de etano se hace casi exclusivo para Etileno XXI, por lo cual no podría haber nuevos competidores, tanto por el precio del eteno como por la posibilidad de no encontrar suministro de materia prima. Es decir, aunque parte del discurso para impulsar la Reforma energética en México radicaba en la apertura en aras de la competitividad, buscando acabar con el monopolio de Pemex en la cadena de hidrocarburos, hoy es un hecho que Braskem-Idesa actúa en condiciones de monopolio, pero ya en el ámbito de la “iniciativa privada”.
Cabe mencionar que las reuniones anteriores y posteriores a la firma de este contrato fueron compromisos asumidos a partir de la visita que hizo Felipe Calderón a Brasil el 17 de agosto de 2009. El entendimiento entre los dos mandatarios estuvo mediado por funcionarios de Odebrecht, como consta en una serie de correos electrónicos revelados por la justicia de Estados Unidos y en los cuales se exhibe la operación del tráfico de influencias de la empresa brasileña.
En el transcurso de noviembre de 2009 a febrero de 2010, fecha en la que se cristaliza el contrato más valioso con Odebrecht, el director de Refinación de Pemex era Miguel Tame Domínguez (permaneció en el cargo hasta 2017) y el de Pemex Gas era Jordy Herrera (exsecretario particular de Calderón). Y aunque no aparecen las firmas de estos, en versiones públicas anteriores, Pemex no borra los nombres de algunos subordinados que firman el contrato de Etileno XXI; se trata de los subdirectores: Arturo Arreguí García, de Planeación; Armando Arenas Briones, de Producción; Fernando Amor Castillo, de Gas Licuado y Petroquímicos Básicos, y Víctor Domínguez Cuéllar, de Ductos (cuyo jefe inmediato era Jordy Herrera).
Por otro lado, las relaciones entre los directivos de Odebrecht y los funcionarios mexicanos encontraron buen cobijo en el gobierno de Javier Duarte. En agosto de 2011, Marcelo Odebrecht se reune en Sao Paulo con Javier Duarte para cerrar una inversión en Veracruz por 3 mil 500 millones de dólares para el proyecto Etileno XXI y la construcción de una hidroeléctirca en el río de Jalcomulco con una inversión incial de 450 millones de dólares.
Tiempos de Peña Nieto
Emilio Lozoya Austin habría recibido 5 millones de dólares como soborno. Según la revista brasileña Veja, Hilberto Mascarenhas, responsable de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, declaró ante el Tribunal Superior de Brasil que el soborno le habría sido solicitado durante una reunión programada en noviembre de ese año por Luis Weyll, director de Odebrecht México.
Lozoya fue director de Pemex desde finales de 2012 hasta febrero de 2016. En 2014 se dieron contratos a Odebrecht para los proyectos del gasoducto Quetzal y el de Ramones, por adjudicación directa. El proceso de licitación se eludió gracias a una compleja red de subsidiarias asentadas en paraísos fiscales. Es decir, se utilizó a una de estas filiales para otorgar un contrato para la etapa norte del gasoducto Ramones; en específico fue la empresa TAG Piplines S de RL de CV con la cual se dio el contrato directo de la fase norte del gasoducto Ramones. Asimismo, para otorgarle a la empresa brasileña más contratos para el gasoducto transfornterizo Quetza, fue utilizada la empresa TAG Transístmico. Toda esta información fue obtenida por la asociación Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
Cabe mencionar que los contratos para los gasoductos obtenidos por la brasileña de manera directa, no fueron publicados por Pemex en su portal.
Durante ese mismo periodo se firmaron los contratos para “Desarrollo de la fase I del proyecto de conversión de residuales de la refinería de Salamanca (84 millones 701 mil dólares) con Odebrecht e ICA Fluor Daniel. Es menester apuntar que este contrato fue publicado por Pemex, pero con información sustancial censurada.
Asimismo, durante la gestión de Lozoya Austin se firmaron los contratos para el acondicionamiento de los terrenos y la conformación de plataformas para el proyecto de aprovechamiento de residuales de la Refinería Miguel Hidalgo Tula I (por 1 mil 436 millones 398 mil pesos).
Hubo un tercer contrato, el de la Construcción de accesos y obras externas para el proyecto de aprovechamiento de residuales para la refinería Miguel Hidalgo, Tula II. (por 1 mil 811 millones 628 mil pesos.
En general, estos contratos tienen que ver con la refinería Miguel Hidalgo y con la de Salamanca.
Como se sabe, los contratos publicados por Pemex en su sitio de internet están intervenidos para que no se sepa quiénes firmaron, en qué notaría y bajo qué condiciones específicas los acuerdos mercantiles respectivos. Por ello, la ciudadanía se pregunta, por ejemplo: ¿Estuvo enterado el presidente Felipe Calderón de los sobornos, estuvo coludido? ¿Quiénes fueron los altos funcionarios que recibieron hasta 6 millones de dólares en sobornos entre “diciembre de 2013 y finales de 2014”, justo después de la reunión privada entre Enrique Peña Nieto y Marcelo Odebrecht?
Ya en tiempos de Peña Nieto, también Duarte hizo negocios con los brasileños. En agosto de 2015, el gobierno de Veracruz le otorgó a Odebrecht contratos para obras en el Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano y una Concesión para operar por 30 años el abastecimiento de agua en la región Veracruz-Boca del Río-Medellín.
Imágenes dicen más que mil palabras. Las fotografías entre los miembros de esta empresa y los funcionarios mexicanos abundan. En ellas pasan personajes como Javier Duarte, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa, Fidel Herrera, entre otros.
Emilio Lozoya, Javier Duarte y Marcelo Odebrecht (2013, Etileno XXI)
Justicia retardada (¿a propósito?)
La asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad solicitó a Pemex, desde octubre de 2016, acceso a la información de todos los contratos entre 2005 y 2016 de Odebrecht y sus filiales en México, así como copias de sus anexos, facturas, apliaciones, adéndums o cheques derivados de ellos.
Sin embargo, la paraestatal se negó durante cinco meses a otorgar el acceso a la información. De hecho, cuando se mostró dispuesta a otorgarla argumentó que eran más de 10 mil fojas, por lo cual requirió un pago de más de 5 mil pesos para hacer la copia pública. Aunque la asociación comunicó de inmediato su disposición para realizar el pago, la paraestatal no contestó hasta el día en que, según ellos, ya había vencido el plazo para hacer dicho pago.
En consecuencia, la asociación preparó una nueva solicitud para acceder a la información, sin embargo, la paraestatal dijo que esta había sido reservada hasta 2020 como consecuencia de las investigaciones que estaba haciendo la PGR a raíz del escándalo internacional. Casi dos meses después Pemex subió a su portal copias censuradas de algunos de los contratos de Pemex con Odebrecht; esto como resultado de la presión de las asociaciones y los medios pero, sobre todo, de las declaraciones que internacionalmente se estaban dando a conocer.
Por Octavio Torres (@dylanyala)
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Con información de Contralínea, Proceso, Animal Político, Pemex, El Economista, El Universal, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
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