Se ha dicho siempre que las comparaciones son odiosas. Sin embargo, a veces es necesario hacerlas para tomar un rumbo correcto: emular las buenas conductas y evitar contagiarnos de los vicios. En la política mexicana, en el escenario de las elecciones pasadas, se repitió que si López Obrador llegaba al poder, México estaría en peligro de convertirse en Venezuela. Pero podemos revisar algunos indicadores para tener una mejor perspectiva de las semejanzas y diferencias entre estos dos países latinoamericanos.
Dado que figuras políticas mexicanas han condenado la violencia que se ha instaurado en el marco de las marchas de los opositores al gobierno de Nicolás Maduro, podríamos empezar con el Índice de Paz Global. En este rubro, México y Venezuela no parecen tan lejanos, sobre todo en los últimos años. De hecho, entre 2012 y 2016, México estuvo “peor” que el país bolivariano en cuestiones de paz, como se puede apreciar tanto en los cuadros estadísticos como en la gráfica representativa de la trayectoria de ambos países.
En este sentido, cuando Felipe Calerón dice que López Obrador guarda un silencio cómplice respecto a la situación venezolana, en realidad, Calderón debería de tomar en cuenta que, al finalizar su gobierno, le entregó a Enrique Peña Nieto un México más parecido a Venezuela que nunca.
Cuestiones económicas
Lo que sí hay que destacar, es que en Venezuela se ha presentado un deterioro paulatino de sus cuentas nacionales (a raíz de la crisis petrolera) y, lo más grave, de la economía de las familias venezolanas. Sobre todo, es importante señalar que la baja oferta de alimentos ha mermado la dieta de la población, por lo cual el gobierno ha tenido que importar masivamente alimentos de empresas transnacionales, como la mexicana Minsa.
Por otro lado, la economía mexicana se destaca por la desigualdad en el ingreso económico. Las mediciones arrojan que al menos el 44% de la población en México vive en algún nivel de pobreza.
Las reformas estructurales que impuso el llamado Pacto por México y que se vendieron como productos milagrosos, día y noche, en todos los canales de televisión, no han transformado al país como se prometió. Aunque el optimismo alcanzó a los organismos internacionales, posicionando a México en el lugar 53, en 2013, cuando se consolidaban dichas reformas. Sin embargo, conforme pasó el tiempo, la posición de México se fue deteriorando. Y es que el índice que ofrece el Foro Económico Mundial contempla un rubro que tiene que ver con las instituciones y, por ende, con la corrupción. Un lastre que le ha hecho a México perder las mejores oportunidades de su historia y, seguramente, desperdiciar a las mejores mentes de cada generación.
De cualquier modo, dadas las ventajas y el desarrollo del capitalismo en México, el país supera por mucho en términos económicos a Venezuela, quien se ubica en el lugar 132 de dicho ranking. Es cierto, Venezuela dilapidó años de gloria petrolera; pero México no lo hizo tan distinto, le salvan el tamaño de su mercado y su posición estratégica respecto a Estados Unidos.
Fragilidad de los Estados
Ahora bien, mucho se ha dicho y discutido sobre si México es un estado fallido o no; también si lo es Venezuela. Si la gobernabilidad es imposible en algunos puntos del país o si Maduro está a punto de ser derrocado. Las especulaciones seguirán, sin duda. Pero existe en Índice Global de Fragilidad, el cual tiene como objetivo estimar el peligro que corre un país de entrar en un conflicto social que ponga en en vilo la estabilidad del Estado en cada país.
Fund for Peace, la organización que se encarga de este análisis, señala que los estados frágiles poseen una serie de características o atributos en común:
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Pérdida del control físico del territorio o del monopolio del uso de la fuerza
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Erosión de legitimidad de la autoridad de turno para llevar a cabo decisiones colectivas
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Incapacidad de proporcionar servicios públicos básicos
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Incapacidad de interaccionar con otros estados como miembro propio de la comunidad internacional
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De esta forma, cada uno de los doce indicadores de los que se compone el índice hará referencia a cada una de estas características, facilitando así la numerización y clasificación del fenómeno para su posterior valoración.
Y los números para ambos países nos indican que México nunca fue más parecido a Venezuela, en cuanto a su posición en el ranking de fragilidad, que en 2010, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Hoy están un poco más lejos: México ocupa el lugar 100, mientras que Venezuela está en posición más fragil, ocupando el lugar 75, en 2016.
En fin, numeritos hablan y es mejor no ver la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio, sólo así, siendo autocríticos podremos mejorar y ser faro para los demás países.
Por Octavio Torres
@dylanyala
https://elpoderdeladiscrecionalidad.wordpress.com/
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