Afganistán vive un escenario incierto tras la entrada de las tropas talibanes a la capital del país, Kabul, ante lo cual incluso el presidente, Ashraf Ghani, salió del país para “evitar más derramamiento de sangre”.
Los talibanes, o Emirato Islámico, tomaron el control después de dos décadas en las que fueron expulsados por el ejército estadounidense, quien inició la guerra por el ataque a las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001.
Después de que Estados Unidos retirara sus tropas del territorio Afgano, al poner fin a la guerra, los talibanes vieron la oportunidad de retomar el territorio.
Al llegar a la capital de Kabul el presidente, Ashraf Ghani, huyó del país para evitar más derramamiento de sangre.
En las últimas horas, Estados Unidos mandó varios helicópteros para transportar a sus conciudadanos y al personal que trabaja en la embajada.
Hasta el momento se sabe que el ministro de interior de Afganistán, Abdul Sattar Mirzakwal, anunció a través de la televisión que no habrá ataque alguno a la ciudad y que la transferencia del poder hacia “un gobierno de transición” será de manera pacífica.
Por otra parte, otros países como España, Alemania, Italia y Suecia han anunciado sus planes de mandar aviones para evacuar sus ciudadanos radicados en la capital y colaboradores afganos.