Tres palabras para referir mi nombre,
“cógeme puta mía”.
Sí, soy la banquetera que se para en la esquina,
y que, como estatua, espera a suplir una compañía.
Soy aquella que, siendo mujer, jamás es llamada como tal.
Soy la descarriada de la cuadra
porque mi cuerpo es el receptor de tu placer,
y mi estigma la grosería del decoro.
Sociedad arcaica, vil y papista,
mustia condena religiosa que se extiende en la cena, pero se rompe en la cama.
“Cógeme puta mía”,
no me molestan tus palabras,
porque más que puta soy tu compañía
y más que tuya, soy mía.
ammiidaFne PH
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