En una batalla electoral, no hay aliados pequeños.
Los votos cuentan y el aporte que cada partido ofrezca en el recuento final de los votos es vital y definiendo el rumbo de una elección.
En Puebla, el PRD se presenta como el mejor partido aliado (no en lo individual) por muchas razones.
1.- El PRD por fin se ha reunificado dejando atrás la división que durante la ultima década puso al partido del Sol Azteca como una fuerza disminuida, de relleno y sin gran valor estratégico.
2.- Carlos Martínez Amador conoce de fondo al PRI (donde comenzó su carrera política) y el PAN (de donde fue aliado desde 2010). Esto lo pone en una situación de efectivo liderazgo pues logrará que el proyecto de alianza con el tricolor y el albiazul, fluya de mejor manera.
3.- En Puebla, la fuerza del PRD conjunta además a diversos sectores de la sociedad que ven con buenos ojos al partido y puede configurarse como una opción diferente a los que han asumido el poder en algún momento de la historia de Puebla: el PRI, el PAN y Morena.
4.- Conserva los cuadros ideológicos diversos pero que ahora coexisten en concordia y con madurez política; lo mismo conviven los de la izquierda liberal, que los morenovallistas.
5.- Al final, las estructuras en los municipios solo les faltaba que los reivindicaran y tomaran en cuenta, por lo que el papel del PRD puede ser de gran ayuda para el proyecto que comparte con el PRI y el PAN en contra del bloque de Morena, PT y Panal.
6.- A diferencia del PVEM o del PES, el PRD está obligado a trabajar para dar los mejores resultados sumando votos en los municipios y distritos donde va en coalición y más aun, en aquellos donde va en solitario.
De esta elección depende su registro y por ende, su futuro. A razón de lo anterior, el equipo de Martínez Amador da pasos lentos, sigilosos y seguros.
@AlbertoRuedaE
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