Modelos de desarrollo territorial urbano son insostenibles: PNUD. Foto: Especial.

Los modelos de desarrollo territorial urbano son insostenibles, explicó a la comunidad de la Ibero campus Puebla Valeria Maurizi, colaboradora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Asimismo, mencionó que los territorios deben ser conceptualizados como construcciones colectivas en las que intervienen dimensiones culturales, históricas y sociales más allá del aspecto físico.

Por lo que complejizar el territorio permite entender las desigualdades que intervienen en la planificación de un desarrollo sostenible.

Desde hace más de 25 años, la ONU ha construido una agenda internacional relacionada con la reducción del riesgo. Desde la promulgación del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (1989).

El cual por medio de una serie de conferencias y acuerdos han enfocado la urgencia de implementar acciones colegiadas para mejorar la calidad de vida y el cuidado del planeta.

El eje transversal, especialmente tras la llegada de la pandemia, es la resiliencia: la capacidad de adaptarse a través del aprendizaje.

Desde el PNUD se entiende que un desarrollo territorial óptimo debe velar por la disminución de desigualdades, la provisión de bienes colectivos y la conservación de los ecosistemas estratégicos.

“Los riesgos no tienen límites: se presentan de manera heterogénea en los distintos territorios porque se dan en contextos de desigualdad”, mencionó la coordinadora del PNUD.

Asimismo, mencionó que el desarrollo sostenible propone acciones que atiendan las principales expresiones de vulnerabilidad.

En donde dichas intervenciones incluyen la implementación de economías circulares y alianzas entre los sectores público y privado; la consolidación de gobiernos abiertos y ciudadanías empoderadas, y las regulaciones ambientales con enfoque de sustentabilidad.

En el mismo tenor, dijo que urge contar con una planificación basada en el territorio, su heterogeneidad y las capacidades de resiliencia, en el que se cuente con una política pública con enfoque de riesgo para que este buque disminuir las vulnerabilidades y construir capacidades.

Además, destacó que la pandemia ha demostrado que la innovación social es una alternativa viable para construir un sistema de gobernanza que haga frente a las problemáticas actuales.

Por otro lado como parte de las herramientas jurídicas, se ha observado que, a pesar del desarrollo económico, la falta de enfoque territorial trae consigo problemáticas como la desigualdad y el establecimiento de la actividad humana en zonas de alto riesgo de deslaves, inundaciones, exposición a contaminación.

Por lo que el paradigma del desarrollo sustentable propone considerar el territorio no como un soporte para la actividad económica, sino como un factor activo en la vida colectiva.

“El ordenamiento territorial considera aspectos como la reducción de la pobreza y la mejora de la equidad”, explicó Paulo Carbajal Borges, asesor del PNUD.

Al mismo tiempo, corrige la distribución de los asentamientos humanos, lo que impacta positivamente en la calidad de vida.

México cuenta con diversas herramientas para ello como lo es La Estrategia Nacional para el Ordenamiento del Territorial 2020-2024, la cual plantea algunos lineamientos territoriales y ecológicos, donde se hace la diferenciación entre el comportamiento del desarrollo urbano y la protección áreas naturales.

Además, permite trazar una planeación basada en las condiciones ambientales de cada área geográfica con especial énfasis en la conservación, protección y aprovechamiento de los recursos naturales.

Este instrumento tiene pautas específicas para cada nivel de gobierno, así como con base en los niveles de riesgo.

Por lo que estos ordenamientos funcionan como “candado” para determinar cómo se utilizará el suelo en espacios no urbanos, lo que contribuye a restringir actividades en ciertas zonas cuyas condiciones no podrían soportar la actividad humana.

Y a su vez, promueven la conformación de mesas de diálogo para la generación de acuerdos entre todos los actores involucrados.

Editado por: Miguel Ángel Madrid Brizuela

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