Personas en crisis, teléfonos sin señal, afectaciones en escuelas y casas, es como Gabriel, Miguel Ángel y Jorge Manuel recuerdan el sismo del 19 de septiembre del 2017 en Puebla, que ocurrió cuando regresaban del simulacro; su prioridad siempre fue ayudar a las personas.

Esto, en el marco de los 7 años del movimiento telúrico que se registró aquel martes, cuando el reloj marcaba las 13 horas con 14 minutos, en el centro del país y que, en el caso del estado, dejó más de 12 mil viviendas con daños de diversos tipos, 781 templos afectados y 45 personas muertas.

Por ello, Ángulo7 consiguió algunos testimonios de los elementos de Protección Civil que participaron en las labores de emergencia, tanto de manera operativa, es decir, acudieron a los lugares de los hechos, como desde la parte técnica y administrativa.

Jorge Manuel Islas Gower, responsable de Programas Internos y Peritos, de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), que en dicha fecha era personal operativo, recuerda que iban llegando del simulacro cuando, al bajarse del vehículo, se registró el sismo, por lo que acudieron a brindar auxilio en la escuela Leona Vicario, en la 9 Sur, pues les quedaba cerca.

“Se cayó una cornisa sobre un carro, esto dejó atrapados a otros dos tres, uno fue el de transporte de la escuela, tuvimos que entrar a evacuar a los niños que no salían, se hizo todo un caos, porque empezaron a llegar reportes de que había fallecidos, que se habían caído bardas”, expresó.

Narró que igual “le tocó vivir” el deceso de una señora y una niña que les cayó un cacho de estructura afuera de la escuela Héroes de la Reforma, por lo que tuvieron que acordonar la zona, para después realizar un recorrido en el Centro Histórico en donde encontraron daños a varios inmuebles.

Con la preocupación por no tener comunicación con su familia, le avisaron que se trasladara a Ixcamilpa de Guerrero, pues les correspondía atender la emergencia, por lo que “solo hizo visita de doctor” a su casa para ir por una muda de ropa y aprovechar que se encontraban bien.

Ya en el municipio le tocó evaluar los daños estructurales de más de 600 viviendas, que eran de adobe; se tuvieron que quedar una semana, sin señal, entregando apoyos, habilitando albergues y durmiendo en la batea de una camioneta o en el piso y hasta atención psicológica tuvieron que brindar “es muy difícil como les dices, da gracias a que estás vivo”.

“Yo decidí ingresar aquí porque siempre me gustó la atención a las emergencias, pero de joven viví una situación de que una construcción mal hecha colapsó y como voluntario tuvimos que ayudar a unas personas que se quedaron ahí, eso fue en 1982, desde esa fecha me nació y en mi familia valoran mucho lo que hacemos”, expresó.

En sismo de septiembre 2017 en Puebla auxiliamos en la escuela Leona Vicario: Miguel

Por su parte, Miguel Ángel de la Rosa López, del área de Opiniones Técnicas de la CEPC, narró a este medio que con 28 años laborando en la coordinación le ha tocado presenciar el sismo de 1999 y el más reciente del 2017, que al ser una hora laborable estaban evaluando el informe del simulacro.

Comentó que desde la azotea pudieron ver que una barda se cayó en la escuela Leona Vicario, por lo que se apersonaron para brindar atención y revisar que no hubiera personas en riesgo o heridas, pero como era al momento de la salida de alumnos no ocurrió algo mayor.

Sin embargo, dijo, la gente estaba en pánico y con el temor de que algo se cayera más, aunque fue gracias al protocolo de evacuación y el simulacro que se había realizado minutos antes, que los estudiantes, maestros y demás personal pudieron salir de la institución.

Aunque lo mandaron a Acatlán de Osorio para revisar las afectaciones, tuvo que regresar a Puebla capital para revisar el estado de las escuelas, aunque después se decidió que lo hicieran los directores responsables de obra y ellos como técnicos revisar los dictámenes que estuvieran bien integrados,.

“Cuando se presenta una contingencia debemos estar al 100 por ciento, de día de noche, ya cuando supimos que la familia estaba bien nos quedábamos aquí en las oficinas hasta las 11 o 12 de la noche, íbamos a dormir unas pocas horas y ya regresáramos para seguir con la revisión”, expresó.

Para él, después de 28 años, estar en la coordinación lo estimula el apoyo que se puede brindar a la gente y la gratificación emocional de salvar vidas, que fue uno de los motivos por los que decidió ingresar a esta área, siendo el único de su familia que lo hace y que lo hace “con pasión”.

Gabriel tuvo que coordinar traslado de pacientes

En tanto, Gabriel López Julián, responsable del turno de la guardia B de la Dirección de Protección Civil Municipal, en donde lleva 10 años, recordó que le tocó coordinar el traslado de los pacientes del Hospital de San Alejandro a otros nosocomios por el riesgo que tenía el inmueble.

A pesar de haber concluido su turno, luego de llegar a su casa, se trasladó al Centro Histórico para apoyar en las labores de emergencia por sus medios, donde ya se encontraban algunos de sus compañeros con la atención inicial de las personas lesionadas y en la evaluación de los inmuebles.

“Yo ya había salido del simulacro, se presentó esta situación, de primera instancia pues era llegar a mi casa, mi familia se encontraba bien, tomé mi chamarra y nos dimos la vuelta para apoyar, yo coordiné el desplazamiento de las unidades de las ambulancias para evacuar el hospital de San Alejandro”, expresó.

Precisó que toda la comunicación que se hizo fue a través de radio y teléfono para gestionar la movilización de los pacientes, ya que dependía también del estado en el que se encontraban, siendo uno de los más complejos por la cantidad de personas que había en el nosocomio, para que la atención fuera más ágil y no se hicieran bolas.

Contó que decidió regresar a poyar aun cuando su turno ya había acabado por “el amor que le tiene a su trabajo y la profesión”, pues no es sol escuchar la sirena o saber que se tiene una emergencia, sino “dar un poco de sus conocimientos” para ayudar a los ciudadanos.

Dijo que es el único de su familia que se encuentra laborando en esta área, pues para él la satisfacción de ayudar a la gente en un momento complejo como este lo motiva, pue recordó que tarda cuatro días en regresar a su casa ante la situación que se tenía de edificios dañados y la evaluación de los mismos.

“Mi familia la llevó en mi corazón siempre, entienden la labor que hago, saben que es un trabajo de riesgo y por constantemente estamos en capacitación, yo llegué aquí porque desde muy pequeño me llamó la atención las luces de emergencia y así fue como empezó mi amor por esto”, abundó.

Comunicólogo por formación y reportero de profesión en Angulo 7 Noticias desde octubre de 2014. Poblano de Libres radicando en la capital, persona sería y en ocasiones divertida, amante del fútbol...