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Persona peculiar, somos todos y tenemos derecho a serlo

Ser “peculiar” se dice del acontecimiento que por alguna razón resalta del resto. En cuanto a la persona “peculiar”, es la que es diferente a los demás, en lo físico, forma de actuar o pensar; donde el común denominador sería lo que se llama “normal”, que cumple una “norma”, lo común al grupo, y lo que no entra en esa norma se le denomina “peculiar”.

El libro “Un mundo feliz” novela futurista del inglés Aldous Huxley, que data de 1932, refiere a un mundo utópico creado artificialmente por ingeniería genética y técnicas del lavado de cerebro para crear una sociedad perfecta (dentro de una norma pre-establecida) que se manifiesta por la creación de seres humanos in vitro, en serie, iguales, para realizar trabajos específicos, lo que, de manera breve, significa la eliminación de las personas “peculiares”: únicas, especiales, insólitas, excepcionales y extraordinarias; quienes por alguna característica se salen de la norma; pero hay que señalar que todos los seres humanos en algún aspecto, somos únicos; tenemos algo que no se parece a nadie, por lo que somos peculiares.

El 10 de enero se celebró el Día Mundial de las Personas Peculiares que, puede usarse para revictimizar o servir para empoderar a esas personas peculiares. La revictimización surge al estigmatizar a una persona o colectivo social llamándoles “raros” y/o “extraños”, aquel que no se ciñe a lo decidido por una mayoría o por quienes ejercen el poder, motivando la ruta de la discriminación; también puede ser una herramienta para empoderar esa “peculiaridad” como una cualidad importante y sobresaliente en las diferencias en la sociedad.

Hablar de quienes se asumen peculiares, ocupan sus acciones en ejercer su libertad en congruencia con sus pensamientos, palabras y acciones, construyéndose en un nuevo sector que se sale de la norma tradicional: son los que entienden que para ser hay que parecer, actuando con prudencia para realizar cambios profundos necesarios. Hay personas peculiares que trabajan en lo público y en lo privado, son aquellas que se alejaron de esas costumbres añejas que ya no fueron útiles socialmente a la vez de resistirse a ser parte de esas nuevas formas que violentan socialmente, con mentes y corazones que van construyendo procesos imperceptibles que cambian realidades a cada paso que dan; son quienes están construyendo desde su trabajo, colonia, familia, nuevas formas de ver la vida, y que poco a poco empiezan a ganar terreno en lo diverso, desde la visión de Alexis Cortés en su artículo “rebelión social, como imaginación sociológica colectiva”,

Una persona peculiar tiene una forma de vida única, una manera disímil de sentir las cosas, de actuar, tanto en cualidades como defectos. Cualidades son los rasgos de comportamiento que cultivan el bien propio o común (las virtudes). Y los defectos son los rasgos de comportamiento que afectan negativamente a la persona o a su entorno.

Para todas las personas peculiares que actuamos más allá de nuestra individualidad, que nos dirigimos a algún colectivo social desde la construcción de procesos de paz, es a quienes les dedico estas líneas y reitero: gracias por el valor que demuestras, por la fortaleza que impulsa a otros, por la inteligencia emocional que muestras al saber que al ser vulnerable, eres fuerte y eres digno; tu peculiaridad revolucionará nuestro entorno, entendiendo que la verdadera diversidad está en la libertad plena que te permites, haciéndote responsable de tus actos. Y eso es lo que más nos hace diferentes, únicos, especiales e impulsores de un mejor futuro para todas las personas.

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