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“Ella se lo buscó…”

Este joven convertido en “influencer” como muchos otros y otras definidos por los que saben, “son personas con gran alcance y popularidad en las redes sociales, que tienen la capacidad de influir en otras personas” a través de las diversas plataformas digitales, muchas veces usando mensajes falaces que pretenden crear realidades; así este joven -se sabe ahora- usando sus redes ha dado a conocer su estilo de vida, sus viajes, sus coches, sus comodidades, la forma de relacionarse con mujeres diversas, sus mensajes de alto contenido sexista, misógino y discriminatorio y un sinfín de conductas que tan solo al leerlas reflejan -como bien se ha escrito- esa “desconexión entre su comportamiento y las consecuencias.”

Toda esta demostración de poder, sumado seguramente a todas las conductas realizadas durante el tiempo que ha sido considerado como un famoso “influencer” le llevaron a reaccionar violentamente en contra de una mujer por haber golpeado -según se ha documentado- el espejo de su vehículo y al bajar la señora para ponerse de acuerdo en el pago del daño ocasionado accidentalmente, la reacción de este chico fue golpearla brutalmente. Todo quedó grabado, fue difundido y fue denunciado.

Tal vez pensó que esta conducta elevaría el número de sus seguidores y conservaría su lugar de fama como sucedió cuando presentó un video en el que cierra el puente Matute Remus en Guadalajara para grabar un tik tok en el que aparecía con autos de lujo en compañía de sus amigos.

No debiera sorprendernos el cauce que ha tomado el caso del joven agresor Márquez, convertido ahora en un tema de debate social, con reacciones a favor y en contra de la sentencia que nos ha permitido escuchar nuevamente comentarios que justo demuestran cómo, en muchos casos se busca justificar la violencia que se ejerce contra mujeres, con comentarios como “ella se lo buscó” “el juez se excedió en la sentencia” o “que solo la golpeó, pero no quería matarla” desvirtuando así el hecho delictivo como incluso sucede en muchas ocasiones por parte de las mismas autoridades.

Cierto es que en nuestro país se cometen delitos porque los delincuentes saben que no les pasará nada, las autoridades no los llamarán a cuentas, incluso aun en delitos en flagrancia, por eso la ciudadanía ya ni siquiera pretende denunciarlos; lo que ha sido un buen pretexto: no hay denuncia, no hay investigación.

Pareciera que se nos olvida que en el ámbito comunitario el 58.5 por ciento de mujeres de 15 años y más han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida (Endireh, 2021) y que el 91 por ciento de los casos que se llegan a denunciar quedan en total impunidad. (Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, 2024).

¿En algún momento este joven se habrá dado cuenta del daño que causaba con su comportamiento?
Consideraría que como sus conductas y sus comportamientos que trastocaban el orden le daban fama y eran aplaudidas por sus seguidores y seguidoras, sin tener consecuencias; esta conducta delictiva ¿también tendría el mismo resultado?

¿Qué lleva a un joven a considerar que tiene el derecho a golpear a una mujer brutalmente y a cometer delitos?

Este tipo de conductas y comportamientos de influencers ¿son las que queremos influyan en otras personas a través de las diversas plataformas digitales?

La conducta de este chico ¿será la representación de un problema compartido que tenemos en nuestra sociedad?

Porque ya no se trata del “sólo la golpeó, pero no quería matarla” o el “ella se lo buscó.”

Este joven es un agresor sin duda; lamentablemente también, este mismo joven ahora es víctima de sus propias conductas.

@rgolmedo

Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.com
rgolmedo51@gmail.com

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