Este viernes 10 de enero, en la Basílica de Guadalupe, la presidenta Claudia Sheinbaum dará comienzo al programa de desarme voluntario “Sí al desarme, sí a la paz”.
Mayores de edad podrán acudir a los distintos atrios e iglesias de la Ciudad de México para intercambiar cualquier tipo de armamento que posean por dinero.
Las armas de fuego, explosivos e incluso municiones y artefactos caseros podrán ser intercambiados por las recompensas correspondientes.
Las recompensas por desarme voluntario son definidas a partir del tipo de arma, calibre y el estado de utilidad. Así, por ejemplo, la recompensa más alta corresponde a una ametralladora ligera de cualquier calibre (26 mil 450 pesos).
Por otro lado, la recompensa más baja corresponde a la arma tipo ”pluma artesanal”, para la cual se tiene una compensación de 240 pesos.
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Asimismo, y como medida complementaria, niños y adolescentes podrán acudir también a intercambiar juguetes con temática bélica por unos didácticos.
Las personas que entreguen las armas serán protegidas en su identidad y se mantendrá bajo el anonimato. Tampoco se realizará alguna investigación previa.
Desarme voluntario como prevención del delito
El desarme voluntario surge como parte de la Estrategia Nacional de Seguridad. La Secretaría de Gobernación, en coordinación con la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y la propia iglesia católica la encabezan.
Con el propósito de disminuir y prevenir no solo lesiones o muertes por armas de fuego, sino también posibles delitos. Lo anterior, para promover una cultura de paz.
Este propósito coincide con las anotaciones realizadas en diciembre por la cúpula católica. Misma que, constantemente durante el mes pasado, exhortó a la población a buscar la paz durante las festividades decembrinas.
Con la campaña emprendida por Claudia Sheimbaum se prevee que también en los estados pueda llevarse a cabo el desarme voluntario.
Editado por Carlos Daniel Juárez García