Los científicos determinaron que dos músculos situados en torno a los ojos de los perros les ayudan a tener una mirada triste, con el objetivo de lograr enternecer a las personas y ganarse su afecto, una técnica que ya dominan los bebés humanos.
Los científicos determinaron que dos músculos situados en torno a los ojos de los perros les ayudan a tener una mirada triste, con el objetivo de lograr enternecer a las personas y ganarse su afecto, una técnica que ya dominan los bebés humanos.