A pesar de que se ha dado una proliferación de indigentes en parques y calles del Centro Histórico, el DIF municipal no puede obligarlos a que acudan al dormitorio, pues debe ser por voluntad propia y solo dos de cada diez son los que aceptan.
A pesar de que se ha dado una proliferación de indigentes en parques y calles del Centro Histórico, el DIF municipal no puede obligarlos a que acudan al dormitorio, pues debe ser por voluntad propia y solo dos de cada diez son los que aceptan.